Soy romántico de ley.
No por requebrar palomas
No por regalar tequieros
No por esparcir las gotas
al viento de una flor bravía.
Es por el deseo que brota
de la entraña más profunda,
que prorrumpe, empozoña,
que me invade de vida,
que me libera, Sodoma
rebelada a las cadenas.
Ansias de libertad, lomas
desde donde divisar
la exaltación de Gomorra.
Por ser mi mismo Prometeo
Por querer agotar todas mis
grandezas. Mis banderas.
Hijo de la Revolución.
La vida en el filo de la navaja.
Vivir cada segundo lamiendo
la sangre que se derrama
corazón abajo.
No soy romántico a lo Tenorio.
¡Ese no era romántico!