En este gran desierto, tan lejano,
Estoy preocupado por la vida,
Al mirar tanta gente desvalida,
Y al sentir el dolor tan cercano;
Cumpliendo se estará el último arcano
El loco que contempla ya destruida
Aquella gran ciudad tan corrompida
Por el ciego dominio del villano;
Hay hambre, guerra y sed de esa justicia
Que dé a cada quien lo merecido,
No tanta impunidad, tanta avaricia
Ni tanto fanatismo sin sentido;
Rechacemos hermanos la inmundicia
Antes que quede todo en el olvido…