Fundidos de deseo, juntos
bajando por mi cuello
dejas un beso vagabundo
que me hace ver el cielo
y me desdibuja el mundo
Y yo correspondo honesta
besando tu nuca y hombros
respirando fuerte y presta
y hollando el aire en sombras
buscando tu pasión enhiesta
Y explota al fin la maravilla
y se quiebra el cántaro de fuego
que entre estertores y seguidillas
convierte la muerte en juego
y mi cuerpo en dulce arcilla
Y mientras te vas haciendo menos
le sonrío al mundo y al techo
y loca te recuesto en mi senos
y tú te desmadejas en mi lecho
locura: Otra de las cosas de Venus