Y asì la vida transcurre con sus más y sus menos. Mientras Raíza vive un momento entre jugadas que nos presenta la vida, no muy lejos de allí Lisa afronta con gran madurez la crisis actual que atraviesa su matrimonio. –Juan, le envié una carta a Raíza, de todo este asunto que a todos nos afecta, pero aún no tengo respuesta, estas cosas pasan en la vida, solo que nunca pensamos que nos pueda suceder. Te hare una pregunta ¿te enamoraste de ella o fue solo una aventura? Juan sin poderse contener rompió a llorar, mientras Lisa le consolaba como a un niño. Ya entiendo, por ahora recupera la calma y en cuanto Raíza quiera recibirnos hablaremos con ella. Aquella mañana la brisa era fría, en la soledad de su hogar, el sueño era el único consuelo a tanto dolor. –Raíza tienes visita, no lo vas a creer es Juan y Lisa. Raíza se deja caer en la poltrona de su habitación con la respiración entrecortada sin saber que contestar. De inmediato su hermana le dice: -Es hora de afrontar la situación, no temas estoy a tu lado, es lo que tu siempre me has dicho a mi cuando lo he necesitado hermana, se valiente recuerda ese pequeño ser que tienes en tu vientre, de ahora en lo adelante será lo primero para ti. Se levanta del sillón y con pasos lentos se dirige al encuentro de una reunión postergada. –Hola Lisa, los dos aquí me sorprenden. --Yo solo he venido acompañar a Juan, el quiere que escuche lo que tiene que decirte. –Y bien Juan habla. –Quiero que sepas que estoy dispuesto a divorciarme y casarme contigo. –Te equivocas si piensas que yo me casarè contigo, y tu Lisa, si aun quieres a tu esposo conserva tu familia y perdona, todo esto solo fue un error humano, Juan y yo solo confundimos el amor de una gran amistad en algo más, por mi parte ya he dicho todo. Aquella noche sintiò que grandes montañas rodeaban sus lágrimas, ahogando un rìo de amor que la traicionó. Mientras sus manos acarician el vientre que cobija el fruto de su verdadero amor...
y la vida continùa ...