Que sería de mis mañanas sin tu mirada,
Esa mirada coqueta tan expresiva,
Esos ojitos pispiretos que me miran con gran firmeza,
y que me hacen sentir aun en la distancia tu presencia cerca...
Que sería de mí sin esa risa contiagiosa,
La que me invita a reir sin parar hasta que ría el alma,
La que me motiva a continuar día a día,
Y sentir el corazón rebozante de felicidad...
Que haria yo, sin tus besos tan dulces y limpios,
Que brotan de tu perqueño corazón en cada momento,
Y que te hacen crear tu propia escalera para estar entre mis brazos,
Sonriendo por tu triunfo, de haberme alcanzado,
Y hacerme sentir tan maravillosa de abrazar tu fragil y tierno cuerpesito,
Al explotar la tanta felicidad que no cabe en el pecho...
No imagine que podria ser tan feliz, teniendote a mi lado,
confieso que antes de tu llegada me preguntaba como podria aprender a amarte,
Ya mi corazon estaba ocupado por un pequeño gran corazon,
Un alma pequeña que era todo mi motivo y mi razon de ser,
Hoy son dos corazones y un mismo amor,
Regalo de Dios que me dio aun sin merecer,
Que me recuerdan en cada momento lo grande de su infito amor...
Hoy al mirarte día a día junto a mí,
Me siento tan dichosa que no imagino mi vida sin tí,
Me pregunto que seria de mi, si no estarías aquí...
Si las dificultades me hubieran acobardado y a conocerte me habría negado,
Si hubiera desistido a la dicha de tenerte entre mis brazos,
Te juro hija mía que no me hubiera perdonado,
Si aquella tempestad que me agobiaba me habría derrumbado,
Hoy doy gracias a Dios por la dicha de haberte conocido,
Hoy doy gracias a Dios por haberme elegido,
Porque a pesar de las dificultades no me dejo caer y siempre me llevo de la mano,
Hasta el bendito día de tu nacimiento en que de nuevo pude sentir la prueba viva de su amor,
y que revivo día con día al tenerte entre mis brazos mi pequeño gran corazón...