Cazaste halcones,
pero no pudiste levantar el vuelo.
Fletaste yates,
pero jamás fondeaste en una playa virgen.
Hollaste a mil mujeres,
pero no sabes lo que es vivir por amor.
Hiciste llorar a pueblos y naciones,
pero nadie lloró de amor entre tus brazos.
Toda tu riqueza es efímera y baldía,
falsa como los besos de judas,
fugaz como la diosa fortuna,
falaz como tus credos y tus dogmas
como el poder que ahora te abandona.
No rozaste la belleza con los dedos del alma,
no sentiste el amor cosquillear tu esencia
ni la ternura dulcificar tus ojos
ni la piedad iluminar tu cielo.
Ahora que la parca amarra en tus arenas,
no tienes ni un óbolo para pagar el viaje
ni una voz temblorosa te llama en la otra orilla,
¿Dónde quedaron los ecos, los aplausos,
los halagos, los vítores, los premios?
Ahora que, desnudo, contemplas tu miseria,
darías lo que fuiste porque una lágrima ardiente
le diera calor a tu sudario,
por un beso sembrándose en tus ojos,
por una plegaria que te abriese camino
hacia esa belleza que jamás soñaste.