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**~El Secreto de la Nieve - Cuento Corto~**

Había una vez una ciudad llena de nieve. Y siempre era invierno. Nunca cambiaba de estación. Y se llamaba Neveri. Con tanta nieve y se divertían tanto niños como adultos. Hacían muñecos de nieve y nunca en la vida se aburrían. Siempre había algo nuevo que inventar. En Neveri, siempre había algo oculto como todo lo misterioso de cada cual, de cada quién y por cada cosa. En Neveri, la nieve caía en forma paradójica y se mostraba la presencia de pedazos de granizo también. Y el secreto de la nieve se escondió más y más bajo ese frío, bajo el congelado corazón dulce de la vida y bajo el invierno sin desolación. Y sin contemplar el calor, sino con abrigos de pieles, se calentaba la piel. Se sentía el calor tan fuerte como el calor del fuego, de la vela o de la chimenea. En Neveri, sólo se sentía el frío helado, tan álgido, tan gélido. Sólo un joven se atrevió a desafiar el sol en la ciudad de Neveri. A ser valiente como los héroes de la época del 1400. Cuando peleaban por una mujer o se defendía del mal contra todo lo imposible del mal. Pues, él emprende un viaje hacia lo inexplicable y con toda razón. Se empaña el deseo de ver y sentir el verano, la primavera o el otoño. De tanto que hablaban otras ciudades. Del calor del verano o de las hojas en otoño o de las flores en primavera. Es el secreto de la nieve, ¿por qué no paraba de nevar y precisamente en esa ciudad…?. Es el secreto de la nieve, se decía el joven llamado Nuvuri y éste creó una fuente de calor externa al frío con tanto fuego y tan inmensa que logró que Neveri creyera otra vez en el otoño, en la primavera y en el calor de verano. Nuvuri, dejó que el frío congelara a su mente, a su cuerpo y a su sangre, pero, no la meta de hacer que la ciudad, otra vez, tuviera otoño, primavera y verano y por supuesto invierno en cada equinoccio del año. Cuando Nuvuri hizo aquello en el firmamento, con aquel invento que era mayor que el sol, desvanecía toda nieve en el suelo, en el cielo con tanto fuego condescendiente, que logró deshacer el hechizo de una bruja que había hecho. Porque el hombre no es capaz de ver el silencio de una paz, quería revolú y alboroto. Desde que la nieve enfrío todo verdor y oscureció a todo cielo con el castigo de ese hechizo. Y quiso ver el verano, toda flor renacer, crecer y que en el otoño cayeran las hojas amarillas. Y toda la ciudad vió el deshielo tan frío, desfallecer ante la necedad de la voluntad un hechizo que ató a la ciudad en un frío inerte, álgido, gélido y tan real como el tiempo. Congelada toda la ciudad de Neveri, por un hechizo desde que el invierno enfrío con su eterno frío a todo un cielo donde el desastre se vió en el suelo y en la gente con ese frío tan penetrante, tan real como el frío en la piel. Entonces, Nuvuri expandió a todo un cielo aquel invento de su propia imaginación, pudo deshacer toda nieve del cielo y comenzó a desvanecerse toda nieve. El secreto de la nieve fue y siempre será, el cielo lleno de un hechizo el cual se junta con el granizo y hace nevar a todo un cielo. El hechizo de una bruja, la cual dejó en tinta en el árbol Nuyú, la receta de hacer y deshacer lo que era todo un hechizo, el cual nunca se creyó hasta que el joven Nuvuri, dueño del invento en deshacer la manera de nevar hizo que parara de nevar en todo el cielo de la ciudad de Neveri. Y sí, lo logró de tal manera que volvió después de tantos años de nieve de eterno frío. Y la chimenea no encendió más el terrible y temible fuego para calentar a toda piel ni los abrigos más abrigaron a todo un cuerpo. Y se hizo como la verdad, Nuvuri, derribó a toda nieve de todo el cielo. Entonces, hubo un inmenso fuego desde que el invento de Nuvuri, realizó y desvaneció a toda nieve de todo el cielo azul. Y quemó muchas partes de la ciudad, incluso a la gente. Y la ciudad no volvió a ser la misma, desde que el cielo desvaneció toda nieve.           

 

FIN