Adrian VeMo

Horas

 

 

Me detengo a contemplar las horas

las horas azules que ayer, como un río, fluían por acá.

Y fluían

peces,

minutos,

moléculas impacientes,

segundos capaces de reducirme.

 

Ahora soy un salmón a contratiempo

en el insoluble paraiso de los recuerdos.

 

Descanso en el eco de unos ojos

y el placer de romper el cristal del presente

resulta la sed venidera.

 

La añoranza nunca tuvo tantas espinas.