Tu tenaz corazón presenta ahora
la tesitura plena del sazón
que troca nostalgias y desazón
en un ave que al alto vuelo explora.
Tú, mujer, como el concreto que fragua
y que se templa como ardiente acero,
firme a los elementos por venero,
opónte al tiempo y su marcha como agua.
Como árbol que en sus logros se reviste,
docenas de frutos que al viento ondeas,
cruza la fronda que abajo, ayer, viste.
Es tiempo de acertar en tu destino,
segura ya, aunque ahora no lo veas:
Mira, aún tienes tiempo, fuerza y tino.