Siento el mundo entre mis brazos
cuando únicamente estoy contigo;
borras con tu mano mis espasmos
y la vida sigue brillando tu destino.
Es una sensación bella e indecible
haberte, gracias al cielo, conocido;
ahora soy un religioso disponible
porque al milagro yo lo he vivido.
Eres tan libre, sencilla y hermosa
que hacerte pintar no es atrevido;
por do sea no hay defecto de cosa
resultando tus alas los más lindo.
Ahora sé el amor es la hidalguía
cuyos pasos van dejando ese tino
para quien creía nunca le cabría
pero fue alegremente bendecido.