Me desperté entre la realeza
De la Ciudad de los palacios
Me inunde en la nostalgia
Al dar unos cuantos pasos
Kilómetros de casas
Me miraban curiosos
Contemplando esa sombra
Que destacaba entre el tumulto
Por qué ya no tengo ese andar citadino
Por qué me balanceo en calma
Como si estuviera perdido
buscando una princesa
Que aparezca entre castillos
Allá en lo alto de alguna torre
Una apolinea figura minuta
Se mueve graciosamente
Imagino señalándoles los caminos
Sus elegantes modos
La natural certeza al hablar
No hacen más que dar buen juicio
acentuando la belleza de su faz
Azul dibujadas sus venas
Azul el corazón que debería ser rojo
Así me entrego a ti
en esta mi alma de papel
Con tinta azul, blanco y rojo
Si admito que heme allá perdido
Entregue mi alma y escudo
A aquella hermosa silueta
He de volver pronto
A la muy noble y leal
Ciudad de princesas y castillos.