Cada aurora vestida de amarillo
es portentoso, éxtasis de amor
una demostración con mucho brillo
de ese fino artesano, ¡El Creador!
Por una eternidad brillan estrellas,
no se opaca su luz, no existe duda,
pasan generaciones las ven a ellas,
solo es admiración, lo que se exuda.
Cuando un rojizo pétalo se muestra,
exhibiendo sus bellos arreboles,
aparece de nuevo, mano diestra
quién de natura tiene los controles.
¿Por qué siempre queremos olvidar
nuestras limitaciones? ¿Somos dioses?
tengamos claro, nada es al azar
en la humildad, mejor es, que reposes.