Mi voz
un río
de alfanges
que hienden la noche
Grito perpetuo
que siega un eco
en el orbe
de mis manos
Mi voz... una cruz
de hielo y acero
palabra azul
que sucumbe anillada
a un verbo
Una lápida de mármol
que embiste al infinito
Sombra que muere de frío
por no tener un espejo
a quien asirse
Ermitaña barca
a la deriva
que se desvanece
en el ocaso
Sacrílego silencio
que mora
en una espiga de nube
o en los ojos cansados
de un cocuyo
La suerte que se sienta
del otro lado
El techo del tiempo
donde pernoctan
los cuervos de la noche.