Tal vez, navegan solas, tus olas sobre el lecho,
escuches gritar un nombre, y tu sabrás quien es,
porque ilusiones deja el tiempo, en secos helechos,
en sutil aroma, alma invisible que no ve,
cuando es mar el amor, un mal de morir deshechos.
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Comprenderás como las fragancias de las rosas,
son imposibles de olvidar en noches de hastío,
y suene un violín, acariciando tu jardín,
aprenderás que hay tiempos ciegos del desvarío,
que nunca se alejan, y eres la mujer ¡Un fin!
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¡Quizás! al navegar el cielo, tu ser sin dueño,
o cuando florezca un seco junco, junto al río,
recuerde la pena, que no te rendiste ayer,
sabrás que la vida en compañía solo es sueño,
un sueño triste añorando el perdido querer.
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Pronto descubrirá la mujer todo tu ser,
y que un día cualquiera, de otoño o primavera,
aquellos sueños vividos, ella habrá perdido,
vendrá la brisa y el miedo a consolar con risa,
y sabrá no vale la pena, en la vida amar,
si no se es correspondida entre el cielo y el mar.
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Raquelinamor
Julio 18/2017