Cuando el cielo sea verde.
Cuando todo
sea nada...
Así podrán mirar.
Van a escuchar mi voz!
Y en algún alma en pena
sonará el festín del Rey Lagarto.
Y sobre el andén no esperará
ese tren con destino en el Edén.
Pero habrá una piel que sentirá
que solo su alma es fiel.
¿Y quién podrá esperar que el Todopoderoso lo haga mal?
¿Y quién podrá jurar que ningún Dios inscripto
fue a llorar a los pies de la serpiente?