LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

Contemplación de un juego

Contemplación de un juego.

 

 

La quietud de la noche permite ver el juego

de amores furtivos y encuentros repetidos

de las olas del mar que coquetas

permiten a la luna mostrar su belleza

en el espejo líquido que se mueve

y en cuna eterna se adormece...

 

Dispersando sus olas con fuerza,

el mar arrastra a la luna

montada en lomo de agua,

como intencionadamente parece,

sobre  corceles que en tropeles desbocados,

- galopan y corren ansiosas

a todo correr…desesperadas…

llegar hasta las orillas de arena

que pacientemente…siempre esperan.

 

La luna no le sigue su juego,

ella permanece mirando… ¡ quieta allá arriba !,

solo contemplándose en el gran el espejo

de cristal en movimiento

que la invita a que baje, que se abracen…

 

El mar no está conforme con  caricias lejanas,

quisiera besar la cara de la luna enamorada

que siempre… solo siempre  puede amar

desde la distancia…sin tocarla.

 

El mar enamorado, le tiende trampas

- ¿como quisiera atraparla…?

Confabula… se pone de acuerdo

- solicita  ayuda a las espumas blancas

con su  red tejida con borde de luces

y burbujas de agua inquietas,

 que siempre danzan…

para utilizarla como una red para poder atraparla

 

Siempre ella, la luna con su carita redonda, ¡se escapa…!

Las espumas  se rompen en trozos separados,

quebrando la unidad de la gran red

por el mar esperada…

- Se duermen…en la gran cama de agua

como enjambre de luces islas…separadas

y libres…

Unirlas  como red para la pesca,

y atrapar a la luna…¡ nunca ha logrado !

 

Una vez más el mar se queda triste…

sin su beso de amor en la mejilla de plata

de su luna…

 

Celos y unidad rota…

 

El torbellino de las fuerzas de la ansiedad de las olas

por llegar antes, llegar primero

a besar las arenas

- se rompe la unidad, por la aparición de  celos

de amores comprometidos entre cada ola

y la arena…

 

Gozar el primer beso… es el premio

aunque ello signifique, consumirse en ella

y no volver a los lechos iniciales

del mar y sus misterios…

 

Ni red completa, ni abrazo de luna…¡ cautiva !

el mar no ha logrado jamás

- ese deseo cumplido.

A pesar de los intentos

su amor solo ha de ser de lejos,

como siempre lo ha sido, duradero y franco

fortalecido y repetidos en los tiempos.

 

Amor de caricias a distancias,

como amores escondidos

y a pesar de aquello… jamás han sido  olvidos.

 

Amor de mar y luna solo con miradas distantes

con caricias por mediación de un espejo

- con caricia de imagen como en sueño

 envolvente, distante y para siempre

- ¡ amor eterno...!