En algún lugar del tiempo nos escondimos;
cual infantes nos pusimos de a besos jugar
mientras alrededor nuestro florecía la luna
con su manto de plata para dos resguardar.
Mientras más te abrazaba menos era el frío
que sentías pues mi corazón no iba a callar;
protegida estabas contra cualquier misterio
ya que eras con gran orgullo la niña de papa.
Tus labios me inspiraban nadar dentro tuyo
buceando en lo profundo para el cielo tocar;
el resto de tu cuerpo estaba cálido y sereno
de manera que no me resulto difícil coronar.
Te amo con el amor más viejo de un sol vivo,
te adoro con las estrellas que reflejan tu paz,
te quiero como se quiere al mas valioso hijo,
te amo, te adoro, te quiero hasta no dar más.