Creemos que nada tenemos
cuando de todo poseemos.
Buscamos cosas más allá
cuando solo tenemos que mirar detrás.
Nos obsesionamos con imposibles,
nos ponemos metas inalcanzables
y la frustración obtenemos
cuando no las hacemos posibles.
La lucha es tuya,
el poder a ti mismo te lo das,
en ti más debes de confiar
y tus propios límites
podrás sobrepasar.
¿Acaso importa la derrota de hoy?
Cáete hoy para levantarte mañana,
sécate las lágrimas,
aprende de tu caída
y del frente no desvíes la mirada.
No es una opción rendirte,
sigue hasta sin aliento quedarte.
Porque cuando cansado estés
y exhausto te encuentres,
sabrás que la pena mereció.
Más fuerte y sabio
que al principio serás
y nuevos retos te esperarán.