Roto el parabrisas / hay quien vuela
inertes los espinos / ¡ay quién se cae!
sigue siendo menester ubicar las diferencias / pobres quienes no sepan sostener la caricia del silencio
valer también las ausencias / velar sólo lo presente
che, tristeza, pasame un mate amargo / (¡/¿)dulces tus lágrimas, qué bien zozobras(?/!)
onírica voz que sostiene tu nombre / yo también me sostengo en vos
lo que pugna termina naciendo / aunque muera un poco al hacerlo
transmutando este dolor en martillo y pared / clavemos un énclave
en estas mis cuencas agónicas, que comienzan a vaticinar pasados / en aquellos tus pies vulnerables, que cesan de trastabillar presentimientos
hundes en la tierra para germinar tus nostalgias / te miro y extiendo mi mano
estos brazos que siempre tratan de aferrarte como al agua / yo (, en) cambio
¡espérame, estoy llegando! / desespero tranquilamente y eso me basta.