Cuando pasó,
en ese momento
solo estaba en mi casa,
el alboroto me hizo salir
para andar por la calleja,
fuera del camino,
en frente
había muchos valles profundos
la gente porque, no se, murmuraba...
la luz de poniente
trenzaba andares de lluvia,
volví al
verde del vacío,
la sombra invade el patio,
la mirada capta,
la pureza de la flor del azafran,
entonces conoce
su corazón sin mancha.
Rueda por la razón
sentimientos rectos,
somos como dijo el monje
amalgama de percepciones,
premociones, sentimientos y pensamientos.
El espíritu humano avanza de continuo,
pero siempre en espiral.
El hombre que es sordo
a la voz de la poesía
es un bárbaro, sea quien sea
En cualquier ser
siento al hombre,
al dios,
al gusano,
al loco.
y yo... yo, sigo con el alboroto.
PM Pedro Monroy Gemio.