karekarenina

Palabras vacías

Me pides unas palabras que me sobran.
Estas palabras no son mi amor y te las doy porque las quieres
como se quieren naderías, no amor, no lo que vive;
como quien atesora las fotos y se olvida los momentos.
Me pides unas palabras; aunque me sobren, las doy sin ganas.
Niño tibio del remanso, tenue vaho de esta ensimismada ciudad,
me duele un horror que sólo solicites que diga aquello
que te permite dormir sin soñar, porque los sueños sacuden
y en el fondo de tus huecos llanos, sólo quieres tejer distracciones.

 

Remanso tibio, pequeño sopor constante de esta anegada urbe,
no te apartas de tu ombligo ni para desearme,
ni para recibir este rosario de sílabas de poca monta,
¡Mejor sería darte nada o darte mi amor!
Vergüenza tengo de este engaño que te entrego, atribulado
entre sábanas de correctísima gramática.
No quieres ni saber de mi amor, de lo que vivo;
lo desecharías si te lo diese,
como quien corta las espinas por no haber aprendido a apreciarlas.

 

Mas, heme aquí, hablándole a tu sordera,
derramando esas palabras que añoras, aunque me desganen
a espantos y remordimientos, como un millar de redoblantes cachetadas.
Hoy te las doy porque las pides, tú sigue durmiendo,
espero no te despierte el portazo cuando me vaya.