¿Motivos?
Miles, millones, de sobra. Porque a decir verdad, sólo el hecho de saber que existe y tener la fortuna de conocerla, me han dado la magia y las razones necesarias para celebrarle no un día o un mes o un año, si no, para hacerlo cada día de mi vida.
Ella es una fuente inagotable de maravillas, de palabras dulces, de deseos incontrolables, de locuras, de inventos creativos, de ocurrencias y mil y una cosas que nacen de mí con el único objetivo de honrarla, de exaltar su esencia y de demostrarle cada día cuanto crece mi amor y mi locura por ella.
No sé cuanto más me van a prestar de vida, lo que si sé es que hasta el último día de mi en este mundo, le llevaré en mi mente y mi corazón y con el último aliento diré su nombre y llevaré su rostro y su manera de mirarme en mis alas a donde quiera que Dios me lleve.
Gracias a mi fuente de INSPIRACIÓN por darme motivos de sobra y hacer que mi vida sea como el primer día y como si fuera la primera vez en cada amanecer.
C.