Sobre mi cuello tus brazos,
los míos en tu cintura
bailando con gran ternura
besándonos muy despacio.
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Al llegar la medianoche
bajaran del cielo estrellas,
elige tú la más bella
entre las que dan la noche.
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Te la pondré de corona
en tus preciosos cabellos
por ser ellos los más bellos
que pueden tener mi reina.
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Volaran sobre tu pelo
mariposas de colores
elevándote del suelo
como perfume de flores.
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Y al retorcer de la esquina
yo pude robarte un beso
que me llevó al embeleso
con tu sonrisa divina.
Menesteo
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