Yo supe de un canto
que las dahlias del campo
hicieron para ti;
y atento abrí mis oídos
al escuchar el mismo canto
de un pájaro salir;
y luego lo escuché en las copas
de los árboles,
en los olmos negros,
el rocío y el clavel;
y su letra recuerdo bien
pues, tus pechos veneran
desde que los diste a conocer.