Mauro Enrique Lopez Z.

Amor negado

Como me asombra diciendo que ni me amas,

no se acuerda señora de esas madrugadas de pasión,

y hasta en mi regaso hay días que lloraba y como un tonto

con cariño te consolaba hoy no entiendo si siempre usted a sido mi amada,

seguiré con este pensamiento aunque me invada la nostalgia

pero en mi alma estará usted posada como mi adorada.