Yo te soñé ayer
al atardecer.
Eras, cuerpo y alma,
lo que yo esperaba
desde mis albores
en que imaginaba
mi futura dama.
Y hoy aparecías
en mi mediodía
pero muy lejana.
y además corrías.
¿Dirección? ¡Contraria!
Espero a mañana.
Compraré una flor
y te encontraré.
Te hablaré de amor
te enamoraré
y en el viejo estilo
yo te rondaré
frente a tu ventana
soportando el frío
de la madrugada.