Tus palabras vacías de asteriscos,
sin lagunas de censura,
cual cuchillas en la grama,
se clavaron en mi mente.
- Agonizando estaba…
Como comida de buitre,
banquete para ratones con alas,
que sin pena y sin palabras,
se aprovechan de las sobras.
- Cuando la tormenta llegó...
Mojando hasta mi sexto sentido,
pudriendo mi carne,
pero regándome de luz el alma,
haciendo resurgir la flor de la herida.
Dando paso al renacer…
Como el mitológico ave Fénix,
o tal cual uva botritizada,
¡Soy de los Dioses elixir,
símbolo de la perpetua esperanza!