Quiero cantarle al amor
como canta un riuseñor...
Así! Despacito, a quedo,
con deleitado primor ligero.
Que salga de mi pecho
una humilde expresiòn
soslayada y aventurera,
utopías hechas quimeras;
Con aromas dulces a jazmines,
rosas, margaritas, orquídeas,
girasoles, violetas y gardenias;
Y porque no! Un diente de Leòn!
Bañarme con ellos del rocìo
matinal e ir corriendo por el
cañaberal con alas cual mariposa,
y a ella solo con el polen la revista;
Caer en el pasto reverdecido,
sentir como la mimosa púdica
me abrace entre su follaje,
cantarè al linaje que existe el amor.
Me perderè en los senderos,
pisarè con mis pies ríos, agua
y suelo, volarè un grito a los
cuatro vientos que Eros Dios nos dìo.
Me postrarè luego al silencio,
que viaja con el eco el trinar
pastoril con el que se guardan
las aves en agradecimiento.
Y cuando llegue la noche,
le sonreirè a la luna, esa luna
de perla o aceituna... mis manjares
convertidos en versos de amor.
Así irè cantando y sueños rebozando,
con el alma enamorada y aunque
poco sabe a nada, llega a flor
de piel poesìa... hecha pluma y papel.