Quisiera ver y entrever,
las aguas debajo de tus ríos,
los oscuros abismos de tus mares,
la espalda borrosa de tu corazón.
Tan solo ver y prever,
el acecho de tu espina,
el juicio turbio de tu brizna,
el confín de tu pupila.
Y no conforme,
ver y volver,
a tus labios espinosos.