Até tus alas por miedo a que supieras volar
y lo que no supe era que te querías quedar.
Até tus piernas por miedo a que quisieras correr
y a medio camino me dijiste no huiré.
No soy guardiana de tus miedos,
no ato tus pensamientos.
No puedes pensar que siempre estaré
o cambias o me marcharé.
Tus miedos se adentran en tu alma,
veo tu piel llena de heridas,
déjame sanarte y verás como sólo podrás volar.