Son hijos de mi cabeza,
los siente mi corazón,
los disfruto con pasión
y trabajo con firmeza.
Siempre venzo la pereza
de escribirlos con paciencia.
Son mi razón de existencia
cuando muera vivirán,
mi vida prolongarán
y mitigarán mi ausencia.
Son mi más cierto retrato,
describen mis pensamientos,
expresan mis sentimientos,
por eso no los maltrato.
Con mi arte les doy formato
refinando su hermosura,
oyendo música pura,
con palabras apropiadas
creo estrofas conjuntadas
con mi selecta escritura.
Son mis más fieles amigos,
me acompañan en mi vida
y noto muy complacida
que nunca me dan castigos.
Siempre serán mis testigos
en mis alegrías, penas
vivencias malas o buenas,
progresos, dificultades,
falsedades y verdades
con sus momentos y escenas.
Con mis poemas intento
comunicar mis sentires,
y vencer malos decires
con sugestión y talento.
Ellos son un instrumento
que impulsa mi humanidad,
y eleva mi dignidad.
Me infunden a tener suerte
y que después de mi muerte
sellen mi inmortalidad.