Que nadie nos diga !No se puede!
Y las vendas caigan con el ruido
Que las manos se busquen donde quede
sitio para la lucha y el olvido.
Este mundo es mío, tuyo y es de todos
como el hijo en que nos vemos reflejados
Y que vamos dirigiendo de algún modo
con espíritu de viejo sosegado.
Entreguémonos al cruce de las razas
una vez mas en la amputada historia
Que el amor rompa por fín nuestra coraza
haciendo cómplices eternos de la gloria.