Sus alegrías, no se desvanecen por nada,
tampoco se sienten con dolor,
se sienten seguras con nuestro amor,
aunque a veces se sientan aisladas.
O vivan con miedo a ser descubiertas,
tratando de ocultar ese orgullo,
para ser fuertes y entender al mormullo,
que te dice de los sueños nadie se despierta.
Esas miradas, que te hacen sentir especial,
que en momentos no quisieras perderlas,
que con ellas siempre quisieras sentirte igual.
Esas miradas de fe,
son más que lindos recuerdos,
siempre que las veo se me eriza la piel.