AZULNOCHE

SOMALIA, ME DUELE

Golpeadas por la sequía 

tus gentes huyen, calor sofocante

y kilómetros de desierto a cuestas.

Con todo su equipaje,

dos atados de tela descolorida

sobre su cabeza,

su prole pegada a ella

con sus ojítos caedízos

con sus pies desnudítos.

 

Sequía devastadora

años de guerra intolerable y hambre.

Y, ¿Dónde refugiarse?

Un circulo eterno de devastación

sin agua y alimentos

y obstáculos de rebeldes armados

para la llegada de 

ayuda urgente humanitaria.

 

Acapararon sus tierras 

inversores extranjeros

expulsando de ellas 

a los campesinos, sus dueños.

Ahora producción de grano

para otros y especulación financiera

encareciendo los alimentos.

 

Y cómo seguir indiferente?

Y qué hacer de nuevo,

tapar los ojos,

los oídos?

Mirar a otros lados?

Seguir con la dosis severa de anestesia  para dormir,

para no sentir y no enterarte de nada...?

 

24-7-2017