José Roberto Vásquez

AMADA LIBERTAD

 

Anoche me visito un ángel, no me enteraba que existían, chorros de sudor me acompañaban en las primeras horas de insomnio

Le ofrecí conversación esperando que en el cielo nublado  que asomaba por la ventana apareciera un dragón que confirmara la visita de este ángel

Eventualmente callé esperando que se acomodara, pues debe ser complejo venir del infinito a un cuarto lleno de monotonía

Siempre que miro al cielo en la noche espero ver un ángel o un dragón custodiando esta pequeña ciudad con ínfulas de gran metrópoli 

 Pero a manera de inspiración para dormir y soñar que no estoy expectante de un despertar maloliente y perros acurrucándose en los arriates mojados de la tranquila vecina que le sirve de terapia el barrer lo mismo cada día

¿Qué sería de mí sin la vecina?

Soy como un mendigo de la magia que se eleva en la metafísica a gran velocidad cambiando de burbujas a mi antojo visitando planeta tras planeta todo a gran velocidad

En la mañana me despiertan los pajaritos y todos los pericos que se toman  los arboles cercanos en protesta por la gran mentira de Alfredo

¡Amada libertad¡ creo entender en el canto de los pajaritos y  pericos, ¡amada libertad¡

Soy el fantasma de la noche que no puede volar durante el día ni alcanza a ver los planetas nocturnos llenos de luz oscura

Y me convierto en nosotros los que no somos según hacemos, sino los que hacemos según somos

Pajaritos y pericos, mientras los arboles sean malos no esperen frutos buenos.