Me marcho a mi natal pueblo
Y dejo atrás, a la ciudad crecimiento
Por sus lánguidas calles cubiertas de lluvia,
caminé descalzo en busca de mis sueños
Los encontré una tarde de cielo espumoso,
en el brillo que mis propios ojos reflejaban
Ciudad enigmática, que guardas diversos secretos
Tu aire huele a esplendor, tu agua a la victoria alcanzada
Mi cuna desbaratada supiste reestructurar
Y mis lágrimas de fuego hoy ya no están
Los bosques que nutren tu salvaje cuerpo
Las montañas agrestes que acoplan tu ser
Son el recuerdo más nítido de tu cristalina esencia
Y los llevo conmigo a donde quiera el porvenir