Deambulo por el espacio de aquella calle vacía con la mirada al cielo
entre pensamientos cortos y llenos de esperanzas bellas,
muy discretas como el látigo que surca el rojo corazón en tu
frágil pecho adornado por aquel delfín azabache regalo de mi amor…
Miro la infinitud del universo el cual me inspira entre la vida
fluida de aquel amor cubierto por las espirales vibrantes en tus besos,
que frotan mis labios secos indistintos entre la miel y el amor
para solo verter mi furia entre tus abrazos que me infunden de éxitos…
Solo siento éxitos como los de aquel niño indistinto en aquel pensamiento
tan claro como tus ojos que me fijan de fluidas pasiones,
y apañan entre tu larga cabellera de mujer bella entre corazones
seguidas por las estrellas de aquel orbe tan inmenso…
Mi mentón descansa en tu frágil hombro cuando me abres los brazos
en medio de esas sonrisas tan puras de colores verdes,
como la natura de las pasiones asentadas bajo la cascada en nuestros lamentos
que se bañan en las tibias lágrimas del recuerdo bello…
Ya la noche apaña nuestros ojos para solo volcarnos
al margen del infinito sueño entre las estrellas y el vacío del orbe,
el cual desparrama aquellas siluetas adolorida de dos corazones,
en medio de aquella clara luna que grita en el silencio
del romanticismo flotante en nuestros sueños libres de amor…
RIVAS JOSE
Barinas-Venezuela
24-07-2017