Fue ese espacio en la cama ocupado por una bella dama, que cuando se va se lleva la fragancia del amor junto a su piel, sus besos que tienen sabor a miel los he disfrutado también he probado de su néctar. Me ha dado besos, de esos besos que no empalagan y con su presencia engalana y eleva mi ser; la llevo en mis pensamientos, que no se apartan de ella, para mí, aunque la vea despertar, me parece siembre bella. Recuerdo aquella madrugada a media luz, fue algo hermoso y aunque esa despedida solo fue un adiós a medias, no sé si habrá una próxima vez....