Ya mordí la manzana prohibida,
no silencié verdades perdidas.
Y vuelo más alto que el firmamento,
y sin dormirme soñé otro universo.
Y voy en tránsito hacia un nuevo destino,
no reparo si se impone el desvío.
Cruzo la vereda de la cordura,
tal vez halle enfrente más aventura.
Mas mi balsa sé que pronto hundirán,
pues mi condena yo debo purgar,
por defender mi preciado ideal:
Sostengo que está prohibido prohibir!
Mientras yo al otro en paz deje vivir.
Este es al menos mi franco sentir.