Alúmbrame con tierna mirada iridiscente,
Permítete la envidia del sol por la mañana,
Cobijo brinda a este hombre ¡oh, bella alma liviana!
Y con calor enfría lo que mi alma aquí siente.
El vasto mar puede entre tu río del afluente
Ser fuerte receptor, portentosa calma llana,
Depende de luceros que a través de ventana
Observan noche fría o fiel mañana candente.
Esperaré que tu alma candorosa desvista
Para ver sigiloso tu glorioso deseo
Y ser nube en tu cielo cuando te encuentres lista.
Pues ninguna mirada será echada al voleo
Y callada gritando mi belleza cubista
A ti se irá acercando como un suave goteo.