A veces necesitas ver las estrellas con los ojos atados.
A veces necesitas sentir el frio y agradecer un poco más el calorcito generado por el sol.
Pequeños destellos de luz que mantienen la vida de los mortales.
A veces necesitas un abrazo cuando menos sientes los tuyos.
Ese invisible anhelo de portar un nombre...
A veces necesitas inspirar a otros cuando tu vida marche en rumbo.
A veces necesitas gritar a solas, limpiar las lágrimas de otros recordar y ajustar. . .
Juntar los tobillos con las pequeñas creaciones; por ejemplo la arena del océano.
A veces necesitas comenzar de nuevo, no sé cómo, pero comenzar con algo, detenerse con alguien, no parar por nada¨.
Sentir las olas del mar, sentirlas en cámara lenta, los dedos del pie se pierden en ese azul pacifico, mediterráneo o caribe, en la piel desnuda por el oxígeno, el viento y todo el contorno en general.
Respirar el aire fresco que oscila en los oídos, pestañas y en el cuerpo.
Caminar entre los pinos frescos, percibir el aroma único que deja la llovizna después de la madrugada....
Tocar las flores, apreciar las ardillas y los pétalos minúsculos de las flores, son regalos de la creación que puedes envolver en la imaginación y en tu mundo.
Oír, ser escuchado para continuar porque a veces no hay vuelta a tras a veces observas o no, a veces oyes pero no escuchas. A veces eres tú y sólo tú.
Poema original Clata.