Estabas junto al lago, pensativa,
Dos lágrimas rodaban por tu cara,
Tu actitud se mostraba, tanto rara,
Tu actitud se mostraba, tan esquiva.
Una cosa pequeña, ya te priva,
Pedí que tu tristeza, se alejara,
Que ya tu pensamiento, se alegrara,
Mostrando tu sonrisa, siempre viva.
Esto no es infortunio, ni fracaso,
Perdiste la carrera, por segundos,
La medalla de plata, fue tan buena.
De críticas insanas, no hagas caso,
Existen más fracasos, tan rotundos,
Tú eres de oro, logrando gran faena.