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Sonrisas falsas

Consumir la última partícula de humanidad
catástrofe inminente de la sociedad,
materialismo puro en la podrida sonrisa,
el espejo reclama perfección ficticia,
autómata espeluznante en esa visión,
manchas de suciedad
                                       -verdad oculta-.

Cae el niño sin protección en la esquina rota,
hambre produce su mirada, mendiga cariño,
suplica alimento. Reza al olvido.  
El hombre virtual filma su “amor” prójimo,
la vida del niño es virtual, recibiendo afecto,
es huérfano de humanos, sólo materia recibe,
el niño come y vive, en el video de “amor”
producido en el noticiero de las diez
floreciendo en el espectador la sonrisa falsa
el entendimiento podrido, la bazofia bendita
producida en la actual humanidad.

Sonríe el opulento líder con su congregación
al descubrir el último modelo de basura inservible.
Sonríen. Carcajean. Gimen. Se burlan del costo.
Del impacto en la sociedad media y pobre.
Juguete inútil para la hambruna de miles,
vano para la mayoría de comunes.
Impactante para las cuentas del líder.

Conyugues llorando por no tener la perfección
                               del cuerpo.
Gimiendo por el viaje no realizado.
Estropean el significado de la vida y el amor.
Sueñan con el disfraz del escaparate,
la máscara del maquillaje y su sumisión.
Quizás piden más alcohol, fiesta, “amor”.

Descontrol del conocimiento,
firmes acuerdos del intelecto,
se diluyen en el concreto
en la jungla de cemento no hay maestro,
Siddhartha murió en la sonrisa hipócrita,
Mozart lloró en la tumba al escuchar ahora,
los sabios pensadores volaron en el cosmos
sin ver atrás, sin mirar lo atroz del hoy,
se aglomeraron en la amnesia feroz.

Las semillas del hombre llegan vacías,
florecen incoloros, insonoros, sin sonrisa,
amargo sabor del inhumano.
Se consumen las finales aristas
en las guerras virtuales  del joven
con  todas sus gloriosas mentiras.

Humanidad distópica en la realidad,
costumbres, modas, acribillan el alma.
La sonrisa se mudo al lado utópico,
la metamorfosis es abismo
en el sueño de las masas.
Mueren autómatas en el día y la noche.
Florece el tiempo sin detenerse.
¿Quedan destellos del hombre?