Vienen días tóxicos y nocivos
tiempos de sombras largas
de gran pena, de recordar
aquello que antes fuimos
antes que derribaran las banderas.
El polvo arremolina en las afueras
la oscuridad marcando el horizonte
no queda huella de la obra del hombre
porque es su propio ego quien le quiebra.
Imposible parar esta carrera
no cuenta la advertencia que hace tanto
cantan los muertos, el ardiente espanto
del humo negro de las chimeneas.
No olvides esta imagen en primavera
con todo el esplendor visten los campos
un instante feliz uno cualquiera
donde ante nuestro ojos el sol se va apagando.
No quedara piedra sobre piedra
brillara intensa luz, último día, brutal viento
incinerando vidas, las que respiran, las que aún no llegan
será mejor partir en esta hora, porque después, después me aterra.
Es la endiablada obra, la locura, el odio acumulado tras los siglos
no habrá que ambicionar tras el delirio que desaparecerá nuestra existencia
siglos de soledad sobre el planeta, para el asombro del creador, quien sea,
su obra maestra no paso la prueba, de convivencia, y de amar al prójimo.