Será que he muerto...
Será que he quedado ciega al vacío de no tener nisiquiera un alma a quien llorar...
Será que el tiempo ha sido un traicionero y desgastador...
Será que mis ojos han quedado vendados ante el dolor y no encuentro salida.
Son tantos los interrogantes que se formulan en mi mente, que ya no tengo espacio para preguntar que ha sido o que ha ocurrido literalmente.