Deja que te lleve en mi mano, para quitar la tela que esconde tu cuerpo y así romper la jaula con mis caricias. Dejarte libre en un poco de luz como un ave que se enciende en el vuelo. Soy tu guía o la rama que se desprende de la tarde. Pronto no quedará rastro del dolor que te domina, ni habrá recuerdos que se adhieran a tus labios. Solo siente mis manos, deja caer tu vuelo, ya verás a dónde te llevan. Solo procura, que en el momento en que bajes de ellas, que todos los abismos hayan pasado.