Miles de hojas al otro lado del muro
de cristal,
las paredes azules que iluminan
su cavilar,
arcanos sus barrotes que no exhiben
su propósito,
¿Quien está adentro y quien afuera de mi
pensamiento antagónico?
La senda en la espiral empujándome a su
centro abismático,
no hay arriba ni abajo, ¡ni materia ni vacío!
Solo un destino irremediablemente metamórfico.