Yo miré a una princesa
bien vestida de peces, caracoles,
de yuyos, sales, mares y crisoles....
Yo vi a aquella condesa.
Había lotos, lirios en su mesa,
se vestía en castillos y arreboles,
su voz era de mar como bemoles...
Yo vi a aquella duquesa.
Artífice del sueño,
la sombra en su guarida.
Yo la vi, ¿y si no existe?
De océanos se viste,
su voz.. las olas, mares hogareños;
que en mi profundo sueño tiene vida.