En un mundo de fantasía
o en mi propio Edén, vuelo
itinerante por colinas y valles,
aromáticos de tu melifluidad,
emborrachando mis sentires
Mis labios fervientes comienzan a trazar
los contornos de tu paisaje vírgen,
el hallazgo de un caracol soporífico,
traicionado por tu marea menguante,
resueña nuestros susurrados deseos
Nuestros ojos reflejan nuestra armonía,
una consumación en un tierno abrazo
bajo la cascada de una constelación,
salpicando nuestra despreocupación,
desterrado al olvido nuestro mañana
La foto por cortesía de Jérome Coppo