Si Dios deseos de paz me inspira,
creo en ese dios bondadoso,
noble y puro como metal precioso,
y lo venero como enemigo de la ira.
Me declaro débil ante el pecado carnal,
y si la belleza es parte de su curación,
espero de Él una absolución,
pues de él depende el fallo del tribunal.
Que tire la primera piedra
Aquel que no haya pecado
Sin sentir arrepentimiento.
Que el hombre que no yerra
Es el que vive de todo apartado
Careciendo de sentimiento.